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martes, 23 de octubre de 2012

La maldición del Chokeyapu


La maldición del Chokeyapu

Kantuta era una niña que vivía cerca al Choqueyapu, aquella época cuando su vertiente era cristalina, Kantuta era una niña tierna y trabajadora, en las mañanas salíta de su casa para ir a lavar ropa ajena y así mantenerse, un día vio como la personas empezaron a botar desechos al río, impotente por los actos un día no pudo más. Abordo a una mujer mayor que en ese preciso momento echaba basura al río,
- señora, no ensucie el río!!!- exclamó
La mujer confundida y a la vez furiosa le gritó…
- imilla que te importa...fuera de aquí.. –
y con una piedra la ahuyentó.... Kantuta se fue triste al no poder hacer nada... Pero al día siguiente había ideado un plan, hacerse pasar por un condenada para ahuyentar a la mujer... Ese día trato de verse lo más aterrorizante posible para su plan... Cuando la mujer apareció nuevamente con su basura... La niña quiso darle un susto, pero al presentarse así vestida, la mujer agarro una piedra y le lanzó a la cabeza sabiendo que era la niña que un día anterior se le había enfrentado... La niña dio un grito al verse descubierta.
- está matando mi río, ahora quieres matarme a mí?- ... La mujer no lo soportó y se arrojo a ella... empujándola la metió al río que tanto ella defendía y la otra ensuciaba, después de un forcejeo la niña no se movió más y la mujer sin corazón la dejo tirada en ese lugar.... según se cuenta, la niña maldijo a toda esa población que paradójicamente ahora se llama La Paz... La maldición consistía en que ese lugar sufriría de un completo caos... 
Se dice que su alma sigue ahí... Y cuando esta triste solloza, y su aliento huele a muerte.





sábado, 9 de junio de 2012



LA NIÑA DEL TARRO

Camila era una niña a la que le gustaba jugar en la puerta de su casa, como suelen hacer los niños en nuestra ciudad en barrios alejados. Con tan solo siete años de edad, le gustaban los duraznos en almíbar y siempre llevaba un tarro de ellos para comerlos, pero curiosamente ella los sacaba de la lata y los ponía en un tarro de cristal para llevarlos a todos lados.
Camila estaba jugando en su casa como otro día normal, sus padres habían salido a una fiesta y ella se quedó con su abuelita.
Esa desafortunada noche, un loco se había escapado del manicomio que quedaba cerca de la casa de Camila. Un grito fue que despertó a su  abuelita quien se había quedado dormida mirando la novela. La abuelita salió corriendo y vio a su nieta sentada de espaldas a la puerta de calle, con la ropita ensangrentada. El loco le había enterrado el tarro de cristal en la cabeza frágil de la niña, tanto fue la presión del dicho objeto que hizo que sus ojitos se salieran de sus orbitas.
La gente que estaba pasando por el lugar había visto lo que paso, como el loco se le acerco y le pidió jugar con ella, y al oír el rechazo de la niña este personaje la asesinó.
Los vecinos estaban muy horrorizados y la abuela con lágrimas en los ojos les reclamo porque no ayudaron a su nietita. En ese momento un silencio sepulcral se asentó en la atmósfera y fue interrumpido con unas palabras estremecedoras que salieron del cuerpo sin vida de la niña… “¿quieres jugar?”. Las personas corrieron despavoridas al oír dicha voz del más allá sin dar crédito a lo que ellos mismos habían escuchado.
Desde ese incidente ya han pasado muchos años, pero el alma de la niña aun no sabe que murió. Agarrada de su tarro camina por las calles donde las luces son tenues y se pone a jugar en las puertas de las casas… ten mucho cuidado si decides caminar de noche, porque si encuentras a una niña caminando sola y no puedes ver bien su rostro no podrás huir a la pregunta… “¿Quieres jugar?” y luego  te mostrará su tarro pero si te fijas bien no son duraznos en almíbar, son ojos de las personas que le han dicho “NO”.


lunes, 16 de abril de 2012