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sábado, 18 de octubre de 2014

Teleférico

Acabo de llegar a casa, estoy muy asustada... no dejo de temblar y no sabía qué más hacer… quizá después de leer esto puedan entender.

Vivo en La Paz Bolivia, donde este año inauguraron un nuevo sistema de trasporte por cable, llamado mi teleférico, que une las ciudades de El Alto con la ciudad de La Paz.

Yo lo utilizo muy a menudo y por las noches y aun más sobre todo la denominada línea roja… pero después de hoy… no lo sé.

Tengo miedo, y tiemblo al escribir, les contaré lo que pasó.

Yo tomé una cabina en la estación central… el sitio estaba prácticamente vacío, sólo las personas encargadas de la empresa rondaban y se alistaban a cerrar el lugar… ya no habían más pasajeros, ni siquiera de llegada, yo era la última que usaba el servicio por ese día.

El aire estaba frío, y con la luna como única iluminación… entré a la cabina y me senté como siempre gustosa de ver el paisaje. Después de 3 minutos quise ver la hora desde mi celular, pero mi sorpresa fue que estaba muerta mi batería, no me extrañaba, pero una sensación helada cruzo por mi espalda que me hizo mirar a mi derecha… justo estaba pasando por el cementerio general… se veía tan sombrío y con la luz de la luna aun mucho más.

Un minuto después llegué a la estación denominada Ajayuni que es la que se encuentra detrás del cementerio, nada fuera de lugar… las puertas se abrieron como de costumbre… y cuando se disponían a cerrarse un joven entró muy apurado y agitado, me saludó y se sentó frente a mí. No se le veían los ojos, ya que llevaba una capucha muy vieja y unos pantalones desgastados.

Yo sentí como el lugar se helaba y no ayudaba que la brisa del viento soplara por las rendijas de la cabina… me sentía incomoda y algo inquieta…
El joven no emitía ningún sonido, casi ni se movía, pese a que entró agitado… hasta que empezó a hablarme…

- linda noche no?... dijo
Su voz era muy áspera y vacía… sentí como un escalofrío me recorría la espalda… no supe que decir.

Luego mire a un lado, y me puse a pensar que mi miedo era infundado, que no había nada que temer, era un pasajero, sólo eso y nada más…

-si está linda, aunque fría... le dije… no me respondió.
Luego alzo la mano y apuntó sobre mi hombro derecho… yo miré y el dijo:

-Allá, ese auto sigue ahí…

Yo miré como resultado de un reflejo involuntario, y le dije:

-así es, no pudieron sacarlo, fue un accidente terrible, nadie sobrevivió…

Él sólo sonrió y dijo:

-siempre subo a verlo, para recordar y no entiendo cómo pasó.

En ese momento la cabina llegaba a su destino… no había nadie cerca y las puertas se abrieron, yo me paré y salí… pero cuando me di la vuelta vi con horror que mi compañero de cabina no salía, volví a mirar y mis ojos se abrieron de par en par… no había nadie.
Mientras la cabina se movía, yo me quede tiesa y fría. 

Una voz preocupada se acerco a mí para preguntarme si pasaba algo, yo no respondí y salí corriendo del lugar.

Poco recuerdo como llegue a casa, aun estoy temblando, aun tengo la sensación de pavor en mi, aun puedo escuchar su voz áspera… aun.








Nota: esta historia jamás pasó, adoro el teleférico: P, solo es un cuentito.